La mas agraciada estela atravesó
la barrera del céfiro sideral, sus halos
luminiscentes irradiaron a la mas lejana centella.
Cuyo corazón sumido en el mas grácil letargo se encontraba,
hasta que presencio el alumbramiento de la mas empírea mujer
mortal la cual fue bendecida con la mas suave belleza casi etérea.
Imperceptible y tenue como la llama que arde en los mas profundos fosos
del averno custodiados por Dante Alighieri templario olvidado el cual vela a la bella Penélope antiquísimo amor terrenal.
Enaltece a la mas noble anima bendecida por las aguas del mar argénteo del cual recibió su nombre Nelida Saavedra Ninfa de sustantividades siempre exteriorizadas
al proceder del mas longevo sentimiento llamado afecto.
L.I.H
