lunes, 30 de enero de 2012

Galatea:


Sendas siluetas gambeteaban en el paramento elegíaco,
lienzo celeste en el cual moran antiquísimas deidades.

Como Venus matriarca ubérrima la cual percibió el llanto
y la suplica del noble Pigmalión aristócrata mortal el cual tan solo
deseaba notar el fogaje emanar de su pecho.

Grande era el desamparo que yacía en el, así que decidió troquelar
a la mas bella fémina en diáfano marfil. Galatea fue nombrada
ya que su piel era marmórea como la regente argéntea dama fantasmagórica.

La cual hipnotiza al hidalgo terrenal, para así hacerle sisar
con el mas simple gesto un beso de esos labios antaño gélidos como copos de diáfana nieve.

Los cuales ígneos se tornan al notar el tacto el uno en el otro pues
habían encontrado ese antiquísimo sentimentalismo denominado afecto
el cual los abnegara durante toda la eternidad.

L.I.H

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