domingo, 19 de septiembre de 2010

Estela


Por los confines celestes vagaba el
heraldo argénteo sumido en sus intrincados
juicios.

Una efigie perduraba en su memoria ,era la ternura
antaño compartida con la mas majestuosa fémina mortal.
Cuyo nombre es evocado por el céfiro sideral, que azota su rostro
imperecedero pues los lapsos no consiguen agrietarlo.

Rememora bellos recuerdos, nutren su espíritu imperecedero
el cual arde cuan ave fénix al discernir la bondad de ese anima humana
perteneciente a la dama Galatea antaño pétrea estatua conformada de casto marfil.


Humanizado por los ruegos vertidos hacia Venus deidad Apolínea,
que torno el frío marfil en mujer humana bendecida
con los mas finos y hermosos caracteres.

Los cuales prendaron a este hidalgo estelar que siempre
la amara aun cuando el vasto plano celeste conforme su destino,
ahora infinito como los astros fugaces que arden bajo el manto ahora nocturno.


L.I.H

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