martes, 28 de diciembre de 2010

Afluente


Las mas gloriosas centellas fulguraban en el manto noctívago,
paramento celeste el cual contemplas a la mas pura cortesana
aflorada del mas bello crisantemo.

Flor irisada por los nimbos de la regente blanquecina,perpetua fémina de
diáfano semblante cuyos ojos color obsidiana vislumbran al mas grácil
arroyo tomar apariencia humana.

Pues anhela padecer ese recóndito sentimiento,denominado amor el cual
fue gestado en su pecho nacarado que ardía imperecederamente al atisbar
a la mas bella mortal danzar bajo la lluvia.

Imperecedera y perpetua que acendra su cuerpo etéreo el cual desea
poder abrazar a ese caballero de esperanzas que siempre la velara por toda
la eternidad.

L.I.H

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