martes, 24 de agosto de 2010

Deseo


La pálida Dama refulgía en el
dormido horizonte.Sus halos plateados
incidían sobre el mas casto ser mortal.

Noble de misero atavío, cuya tristeza
es reflejada en sus ojos ahora apagados y mortecinos como
una vela vetusta por el paso de los intervalos hasta el amanecer.

Corcel áurico tu que rozas su piel fría y marmoleña la cual procede
de la vasta oscuridad indómita e imperecedera cuan sombría Sierpe.

Permitele notar el roce de la mas pura flor Danae musa celestial,
tu que fuiste guiada por los caprichosos hados hasta su solemne presencia.

En pos notar el fogaje emanar de tu pecho y expirar en sus labios tan anhelados como la lluvia que purifica vuestros cuerpos durante la noche eterna.

L.I.H

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