viernes, 6 de agosto de 2010
Brünhilde
Un bello ser descendió de las alturas,
su rostro iluminado fue por los rayos del
crepúsculo marchito en el horizonte.
Brunhilde era su nombre divino era su afán,
impulsado por el sabio Odin.
Relucientes se mostraban sus cabellos bajo
el manto del áureo sol que ilumino al amante mortal.
Hidalgo de noble anima,que salvaste a esta dulce
dama del cautiverio al cual fue impuesta por voluntad divina.
Hiciste brotar en su corazón un humano sentimiento llamado
afecto.
Tus labios rozaron los suyos, fríos como el hielo glaciar
y acariciaste con un suave gesto su rostro fino el cual poseía
la belleza del cielo ahora distante.
Apagado e inanimado pues los astros contemplan la unión
de estos amantes destinados a encontrase en el tapiz antaño
tejido llamado vida.
L.I.H
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