Vago sin fin en la eterna noche
vislumbro al astro solar esconderse
como un caballero de dorado corcel.
El cual calienta mi cuerpo a mediodía,
acompañado por las caricias de la dama luna
reinante en la dormida noche.
Tranquila y apacible se allá
mas el amor desciende de ella confortando
su mas angosta sima denominada corazón.
La cual late por el ser ahora anhelado
pues yace a su lado sumido en el letargo eterno
denominado Épsilon donde el ser amado la amara
para siempre sin tener miedo a la nada.
L.I.H
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