martes, 18 de mayo de 2010

AI



Un halo plateado descendía sobre mi cuerpo
ahora relajado al contemplar al bello ser
aparecido ante mi, quizás sea un sueño mas
se que la amo con toda la pureza de mi corazón.


Deseo abrazarte y decirte que mi alma sera tuya
en pos de esa felicidad que me abnega al verte sonreír.


Sera grácil ver tu dulce semblante al mirarme, siempre
radiante como la mas preciosa flor primaveral.

Jamas dejare de amarte, pues el amor verdadero
perdurara para siempre durante océanos de tiempo
hasta que este cuerpo sea decrépito y vuelva al polvo
del cual surgió bajo la sombra de las puertas del edén.


L.I.H

1 comentario:

  1. Cuanta dulzura derramada en este hermoso poema. Me encantó. Te dejo un abrazo sevillano y que tengas un lindo día.

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